Venir a Nicaragua, sin dudarlo es toda una oportunidad magnífica.
Esta claro que viniendo a este país, conoces de primera mano la labor que hace Chigüines de Nicaragua con su proyecto, pero personalmente, desde que conocí a Marta eso no lo ponía en duda.
La gente piensa que es un viaje altruista y sí, es una opinión válida para alguien que no ha tenido esta experiencia, incluso puede pensarlo uno mismo antes de coger el avión.
Una vez pisas suelo Nicaragüense, la cosa cambia…
La gente “Nica” es solidaria, sonriente, es amigable, es fuerte, voluntaria, y parece mentira que entre tanta pobreza, también sea tan feliz. Y ahí es cuando te das cuenta de que este viaje, deja de ser altruista.
Yo puedo venir a Nicaragua cual “blanquita” ayudar a los que menos tienen, puedo estar dos semanas entre barro, mosquitos, suciedad, olores, escolarizando a todos los niños que se presenten. una vez termine, cogeré mis trastos y me iré a mi país a Sentirme bien.
Si esa es tu conclusión, mejor no hagas el viaje.

 

Mientras yo les ayudo a ellos, ellos inconscientemente me ayudan a mi, y créeme, Nos deberíamos de plantear quien lo necesita más…
En los países a los que llaman “desarrollados” vivimos en automático, sin mirar a nuestro alrededor, somos mulas a las cuales nos dan dinero y cosas en que gastarlo y fin, esa es hoy por hoy nuestra razón de vivir. Solo aquellos que levantan la cabeza y quieren salir de esa “pobreza” vivirán en una vida consciente, en la que todo y a la vez nada, tendrá un valor muchísimo más alto que cualquier cosa pegada con dinero o incluso la opinión de cualquiera sobre ti, que no sea la tuya.Nicaragua no tiene una varita mágica que te inyecta el elixir de la consciencia, eso está claro.
Pero te muestra que existe, y a partir de ahí, solo hay que ponerlo en práctica. Ellos directamente no tienen nada, así que es más fácil para ellos ser felices que para nosotros.
Cuando llegas a tu país de vuelta, tienes dos opciones de sentir el viaje:
Una es sintiéndote bien porque has ayudado y ya has hecho tu labor para “ir al cielo” o “tener karma acumulado en positivo”, contarlo como super experiencia y seguir con tu vida.
Otra muy distinta , es llegar a tu país he interiorizar el viaje. No para sentirse mejor persona por lo que has hecho, lo cual es el pasado y eso solo se queda en el recuerdo, si no para ser mejor persona a partir de ahora.
Así que, yo, la cual he de reconocer que llevaba años queriendo hacer voluntariado, simplemente quería, porque? Pues como todos para ayudar.
Pues cambio mis motivos ahora mismo, aquí, encima de una camioneta en la parte trasera llena de cajas a 36 grados por la carretera.
Hago voluntariado para crecer como persona, para que me ayuden a salir de mi “pobreza automática “ mientras yo les ayudo a ellos a que su vida sea mejor.
Hay mil maneras de ser pobre, y no hay ninguna que sea peor que la otra.

Paula Mahiques Espasa.